Carmen Muñoz

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Nací el 29 de marzo de 1954 en Alicante. En aquella época, las mujeres solían tener la costumbre de parir en casa. Mi madre no iba a ser una excepción. Así que me tocó nacer en el número cincuenta y cinco de la calle San Vicente.

La casa era una planta baja, a la que se accedía atravesando un zaguán. El patio posterior se proyectaba hacia un huerto que, presidido por un granado, acababa en la calle Calderón. Algo impensable en los tiempos actuales.

Cuando mis padres consideraron que debían acabarse tanto mis correrías por el huerto, como mis interminables partidos callejeros de fútbol, me llevaron a los Franciscanos, donde mi padre gozaba de cierto prestigio, al ser uno de los fundadores de la cofradía del Ecce Homo. Ni que decir tiene que mi hermano, siete años mayor que yo, también iba a ese colegio.

El traslado al colegio de los Maristas, dos años después, siguiendo la estela de mi hermano, me permitió escabullirme de la puntería de un padre franciscano, que tenía aterrorizados a todos los niños por su manía de lanzarles el borrador a la cabeza por un quítame allá esas pajas. No menciono su nombre o su seudónimo para no ofender a su descendencia, si es que la tuvo.

Empecé el Grado Elemental en los Maristas y, a lo largo de los diez cursos que pasé allí, el deporte tuvo una gran importancia en mi vida. Si había algo parecido a un balón, yo no podía faltar a la cita.

En los Maristas acabé el Bachiller, formando parte del primer COU experimental 70-71.

El curso siguiente aterricé en la Facultad de Medicina de Valencia, donde acabé la carrera en junio de 1977.

A nivel profesional, después de pasar una breve temporada en el Servicio Normal de Urgencias de Ibi, saqué plaza en Elda en Medicina General, tras el correspondiente Concurso-oposición. Allí estuve desde Agosto del 78 hasta Junio del 80 en el que solicité y obtuve el traslado a Alicante.

El fútbol siguió desempeñando un papel muy importante.

Después de pasar 6 meses en el mítico ambulatorio de la calle Gerona, abrí, literalmente, el Consultorio de Los Ángeles que, casi nadie sabía que se llamaba Antonio Ramos Carratalá, el 5 de Enero de 1981.

Allí estuve hasta Febrero de 1997, en el que pasé a formar parte del Equipo de Atención Primaria del Centro de Salud de Los Ángeles, donde continúo en la actualidad.

El fútbol siguió discurriendo paralelo a mi actividad profesional.